Bensi Levy se reinventó siguiendo al mercado. Dejó de lado su negocio textil para arrancar, en diciembre del 2004, una tienda y restaurante de productos orgánicos que hoy tiene cuatro sucursales: The Green Corner. Pero no sólo dio vida a su propio negocio. De paso, inventó un segmento.
¿Qué lleva a un empresario a cambiar tan drásticamente de giro? "No estaba satisfecho", dice. "Aunque suene muy conceptual, quería regresarle a la naturaleza algo de lo que me había dado". Sabía que el nicho estaba creciendo en otros países y comenzó a investigar. Finalmente, casi al terminar el 2003, encontró un rancho en Nepantla, Estado de México, donde se dedicó a la agricultura orgánica.
Al poco tiempo se enfrentó al primer gran reto: los consumidores de Ciudad de México, su primer mercado objetivo, no estaban preparados para este tipo productos. Tampoco había distribuidores especializados. Sin pensarlo, el emprendedor decidió abrir su punto de venta y transformó la publicidad de boca en boca en su mejor aliado.
Para Levy, este negocio tiene la ventaja de unir solidariamente a clientes y productores. "Los compradores reciben productos más sanos a buen precio, y los agricultores se ven beneficiados directamente por el valor que generan", dice. Hoy, el 70% de lo que se vende en sus tiendas es para los productores.
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